
Sin embargo no nos damos cuenta, que para que este año sea diferente, el cambio no debería estar en nuestro alrededor, que con una varita mágica cambia y se convierte el 1 de enero en maravilloso, y sucesivamente el resto del año.
El año cambia si nosotros cambiamos. Si dejamos a un lado todo aquello que nos distrae de nuestra meta, de nuestro cambio y empezamos por pequeñas acciones que parecen sin importancia, pero que poco a poco se convierten en rutina, ya que un granito de arena puede llegar a formar montañas de arena. No hace falta hacer la montaña el primer día, porque lógicamente nos cansaremos y volveremos al principio. Al lugar en el que nos propusimos que todo sería diferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario